Esquí y acrobacia: muchos de vosotros os habréis hecho algunas preguntas sobre cuáles podrían ser las similitudes.
La acrobacia y la gimnasia artística son muy similares, pero el esquí y la gimnasia artística son realmente muy diferentes. El primero lo podrás practicar en el frío y en la nieve, el segundo tranquilamente en el gimnasio, en un espacio interior. La razón es casi obvia: en Gimnasia Artística se trabaja siempre en las mismas condiciones, con el mismo material, visibilidad y espacios; En el esquí es al revés y cada fracción de segundo interviene una variable. En Acrobacia todo cambia y podemos encontrar diversos puntos de contacto que vinculan el Esquí con ella, sobre todo si seguimos un programa específico en el que trabajamos sobre superficies con diferentes densidades, con velocidades igualmente diferentes, equilibrios durante la fase de vuelo, con vendas y con diferentes inclinaciones.
Las razones que podrían entonces empujar a un Club de Esquí a organizar Entrenamientos de Gimnasia Acrobática son una puramente técnica y otra más agregativa: la variada disponibilidad de diferentes superficies elásticas de diferentes densidades, tanto rebotadas como atenuadas, brindan al esquiador atleta la posibilidad de entrenar la capacidad de reaccionar a la diversidad de contracción muscular requerida por las diversas superficies, mejorando así la capacidad de diferenciar, controlar y modular la fuerza en nuestros pequeños atletas, una capacidad fundamental en el esquiador.
Es un trabajo muy importante también en términos de propiocepción, equilibrio durante el vuelo y control del propio cuerpo en cualquier circunstancia deportiva.
Tarde o temprano, muchos esquiadores se topan con la acrobacia durante su carrera en varios gimnasios de gimnasia en toda Italia.